El viaje. Por Ida Cuéllar.
El viaje es un ser vivo, independiente del viajante, que ocupa un lugar dentro del ser que es como debe y no sabe ser de otro modo.
El viaje es un ser vivo, independiente del viajante, que ocupa un lugar dentro del ser que es como debe y no sabe ser de otro modo.
El
viajante debe conectar su brújula interior con algo más grande que, no
siendo independiente de él, tiene -como ser- voluntad propia.
Leo
tus aventuras, tus dificultades y sus soluciones, y leo la aventura de
un viaje que tiene sus propias fórmulas para entrenar a su héroe mítico.
El viaje no dejará que su viajante caiga en mitad del camino y por eso
debe prepararle, entrenarlo para una batalla que dentro del viaje -como
ser- ya ha sucedido. El viaje -como ser- es fuera del tiempo y tú,
viajante, eres la posibilidad que tiene el ser de conectarse con el
tiempo, y a la vez el que lo realiza, lo realizó y lo realizará.
En
este hermoso viaje que es la vida, ya todo ha sucedido, nosotros sólo
somos la conciencia en el tiempo, los testigos de cada rasgo de su
carácter, somos quien dibuja un viaje ya dibujado, somos en realidad el
recuerdo de la propia vida.
En tus pasos está la memoria así que, amigo, no dudes que estos pasos conocen ya el camino...
Un fuerte abrazo Jesse Yamuna, el que se atrevió a andar hasta las entrañas de su propio corazón
Dulces sueños
Elogio de la pobreza
"Quiero hablarte, Jesse, para que tú me cuentes, de las gentes que encuentras en tu camino. Rostros curtidos, cuerpos delgados, ojos brillantes. Niños que juegan en la calle, con la inocencia intacta y una sonrisa perenne. Trabajadores del día a día, del "comeremos con lo que gane hoy" y mañana una nueva economía. El vendedor de frutas o de especias, el muchacho que tira del "carrito-taxi" paseando turistas. Personas que, aunque no lo saben, no han perdido su dignidad. ¿Conseguirá el llamado primer mundo malear a estas gentes ? En estos tiempos de economía convulsa, de falta de valores humanísticos y espirituales, de avaricia y ansia de poder, siguen vivas, más que nunca, las palabras de Albert Camus y su elogio cálido de la pobreza y las gentes que la viven".
Isi Caballero Guillen
El Loco
Voy caminando por
Dondequiero, en una calle oscura, en una noche sin luna y allí me
encuentro con un asaltante desaliñado. Me arrebata mi cartera y me
quedo sin un chavo y sin DNI. Resulta que ahora para la sociedad ya
no soy un número. Un innombrable sentimiento de liberación se
apodera de mi. En un ataque de locura me subo en un container de
basura y comienzo a bailar. Empiezo sin darme cuenta a armar un
escándalo del carajo y muchos vecinos se asoman exaltados.
<<¿Pero porqué tanto escándalo? ¿Está usted loco? ¿No ve que son las tres de la mañana?>>
- ¡Estoy celebrando mi libertad! ¡Un día la sociedad me la quitó y un desterrado de ella me la ha devuelto, soy libre!
<<¿Qué se siente señor? Díganos, queremos ser libres>>
Mientras sigo bailando miro al cielo y una lluvia de DNI’s caen desde los balcones como hojas de otoño.
Como flores en primavera los vecinos salen de sus casas y comienzan a bailar invadiendo las calles de Dondequieren...
<<¿Pero porqué tanto escándalo? ¿Está usted loco? ¿No ve que son las tres de la mañana?>>
- ¡Estoy celebrando mi libertad! ¡Un día la sociedad me la quitó y un desterrado de ella me la ha devuelto, soy libre!
<<¿Qué se siente señor? Díganos, queremos ser libres>>
Mientras sigo bailando miro al cielo y una lluvia de DNI’s caen desde los balcones como hojas de otoño.
Como flores en primavera los vecinos salen de sus casas y comienzan a bailar invadiendo las calles de Dondequieren...
Sergio Hernandez
El viaje II
El viaje II
Del viaje
aprendí que te lleva donde quiere, que las más de las veces
planificar en exceso resulta un sinsentido que contradice su propia
esencia incontrolable. Como dijo mi amigo y maestro Ida Cuéllar,
éste se convierte en un ente autónomo, una existencia per se
que nos conduce a su entero antojo y capricho sin que podamos comprenderlo, sin que sepamos cómo ni cuando interrogarlo, sin posibilidad
alguna de apearnos. El viaje se acaba aceptando tal cual es, de nada
sirve intentar cambiarlo o modificarlo. Aunque a menudo nos sintamos
enfadados o decepcionados por los acontecimientos que socavan nuestra
idea original, el viaje siempre acabará conduciéndonos a nuestro
propio e inevitable destino.
Jesse Yamuna
El amigo viajero
El amigo viajero es el agua en el desierto, es una luz en el túnel. Es el aire fresco que nos llega de tierras lejanas para colorear la monotonía de nuestros espacios... El amigo viajero nos presta sus ojos, sus oídos, sus pies. Con él vemos, andamos, oímos... Con él viajamos, lejos, lejos. El amigo viajero observa, escucha, huele... para saciarse y guardar como un tesoro la esencia de su viaje. La naturaleza exótica, el olor de las especias, y las gentes... las gentes sobre todo lo demás. Todo en esas gentes, la inocencia y la sonrisa de los niños, su belleza oriental, la sabiduría de los ancianos, todo se engrandece cuando el amigo se acerca, les ofrece su mano, les abraza, les sonríe... Y el amigo del amigo viajero espera, aguarda impaciente su regreso. Para escuchar, para oler, para compartir tanto vivido, ansiando convertirse en esa rosa mítica... "Fué el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante" (Le petit prince).
Isi Caballero Guillen
Caminant. Por Arnau Salas.
El amigo viajero
El amigo viajero es el agua en el desierto, es una luz en el túnel. Es el aire fresco que nos llega de tierras lejanas para colorear la monotonía de nuestros espacios... El amigo viajero nos presta sus ojos, sus oídos, sus pies. Con él vemos, andamos, oímos... Con él viajamos, lejos, lejos. El amigo viajero observa, escucha, huele... para saciarse y guardar como un tesoro la esencia de su viaje. La naturaleza exótica, el olor de las especias, y las gentes... las gentes sobre todo lo demás. Todo en esas gentes, la inocencia y la sonrisa de los niños, su belleza oriental, la sabiduría de los ancianos, todo se engrandece cuando el amigo se acerca, les ofrece su mano, les abraza, les sonríe... Y el amigo del amigo viajero espera, aguarda impaciente su regreso. Para escuchar, para oler, para compartir tanto vivido, ansiando convertirse en esa rosa mítica... "Fué el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante" (Le petit prince).
Isi Caballero Guillen
Caminant. Por Arnau Salas.
Caminant
Amb pas ferm i dreturer
trepitja muntanya amunt.
Amb l'equipatge poc ple
encara que amb pes
profund.
El fred afilat li estella
i esquinça cada nariu
tal com la galta i
l'orella.
L'esperona; el manté viu.
El perfum de la pinassa
mesclat amb el del sòl
moll
l'exhorta a fer cada
passa,
més enllà del roc i el
toll.
Molt absorbit per la meta;
amb la boira no veu
cossos,
lluca'n, sols, la silueta
i l'enfada el fred als
ossos.
Tanmateix, eixit el sol,
boira amunt, capeix
l'absurd:
albira fins al revolt,
no es tractava, doncs,
d'un furt.
I coneixent ser els seus
ulls
com els d'un talp, ja no
fita
l'horitzó, ans els
embulls
pels que s'encalla i
hesita.
Enredada cabellera,
per deixar-la créixer a
gust.
S'atansà a la morera
i ara l'ha atrapat
l'arbust.
Prou que es rasura els
cabells,
mes, vehements,
reapareixen.
I l'ocupen, a part d'ells,
els voltors ferms que el
segueixen.
Mes, sempre que cal,
descansa
sense angoixa, car,
malgrat
el pler quan un cim
s'atansa,
ell desconsidera el fat.
I així es deixondeix al
jóc,
nova empenta adés adés
per a poder arribar a
enlloc,
apropant-s'hi amb un pas
més.
Arnau Salas
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